Pegame y Decime Sheena

"El mundo está desquiciado, vaya faena haber nacido yo para tener que arreglarlo" William Shakespeare - Hamlet

viernes, 18 de enero de 2008

La Fruta prohibida







Fucking instintos!! Nunca parece ser suficiente para el ser humano, por más cosas que tenemos, siempre queremos más. Será por eso que siempre hay una fruta prohibida que nos tienta... la fruta de la prohibición. Queremos lo que no podemos tener, y cuanto más no lo podemos tener, más queremos de esa fruta. Cuando me agarra el bichito de la tentación me pregunto si no es la misma imposibilidad la que nos hace desear con tanta pasión. queremos sentir el gusto de la fruta deshaciéndosenos en nuestra boca? O es la sensación de peligro, de desafío, de prohibición la que nos hace desear?
Quizá el día que podamos acceder sin complicaciones a la fruta prohibida descubramos que no nos gusta tanto su sabor, que nos aburre...
Es eso motivo para no arriesgarse? Should i take the risk or just smile? Si no tomamos el riesgo, nunca vamos a saber. Pero podemos vivir tomando riesgos por algo? Yo ahora decidí que no. Que la fruta de la prohibición no puede seguir cautivándome...

lunes, 14 de enero de 2008

La otra canción del baile


Tormentoso párrafo de "Así habló zaratustra" de Frederick Nietzsche... me acordé de él últimamente.


La otra canción del baile

1
«En tus ojos he mirado hace un momento, oh vida: oro he visto centellear en tus nocturnos ojos, - mi corazón se quedó paralizado ante esa voluptuosidad:
- ¡una barca de oro he visto centellear sobre aguas nocturnas, una balanceante barca de oro que se hundía, bebía agua, tornaba a hacer señas!
A mi pie, furioso de bailar, lanzaste una mirada, una balanceante mirada que reía, preguntaba, derretía:
Sólo dos veces agitaste tus castañuelas con pequeñas manos - entonces se balanceó ya mi pie con furia de bailar.
Mis talones se irguieron, los dedos de mis pies escuchaban para comprenderte: lleva, en efecto, quien baila sus oídos - ¡en los dedos de sus pies!
Hacia ti di un salto: tú retrocediste huyendo de él; ¡y hacia mí lanzó llamas la lengua de tus flotantes cabellos fugitivos!
Di un salto apartándome de ti y de tus serpientes: entonces tú te detuviste, medio vuelta, los ojos llenos de deseo.
Con miradas sinuosas - me enseñas senderos sinuosos; en ellos mi pie aprende - ¡astucias!
Te temo cercana, te amo lejana; tu huida me atrae, tu buscar me hace detenerme: - yo sufro, ¡mas qué no he sufrido con gusto por ti!
Cuya frialdad inflama, cuyo odio seduce, cuya huida ata, cuya burla - conmueve:
- ¡quién no te odiaría a ti, gran atadora, envolvedora, tentadora, buscadora, encontradora! ¡Quién no te amaría a ti, pecadora inocente, impaciente, rápida como el viento, de ojos infantiles!
¿Hacia dónde me arrastras ahora, criatura prodigiosa y niña traviesa? ¡Y ahora vuelves a huir de mí, dulce presa y niña ingrata!
Te sigo bailando, te sigo incluso sobre una pequeña huella. ¿Dónde estás? ¡Dame la mano! ¡O un dedo tan sólo!
Aquí hay cavernas y espesas malezas: ¡nos extraviaremos! - ¡Alto! ¡Párate! ¿No ves revolotear búhos y murciélagos?
¡Tú búho! ¡Tú murciélago! ¿Quieres burlarte de mí? ¿Dónde estamos? De los perros has aprendido este aullar y ladrar.
¡Tú me gruñes cariñosamente con blancos dientecillos, tus malvados ojos saltan hacia mí desde ensortijadas melenitas!
Éste es un baile a campo traviesa: yo soy el cazador - ¿tú quieres ser mi perro, o mi gamuza?
¡Ahora, a mi lado! ¡Y rápido, maligna saltadora!
¡Ahora, arriba! ¡Y al otro lado! - ¡Ay! - ¡Me he caído yo mismo al saltar!
¡Oh, mírame yacer en el suelo, tú arrogancia, e implorar gracia! ¡Me gustaría recorrer contigo - senderos más agradables!
- ¡senderos del amor, a través de silenciosos bosquecillos multicolores! O allí a lo largo del lago: ¡allí nadan y bailan peces dorados!
¿Ahora estás cansada? Allá arriba hay ovejas y atardeceres: ¿no es hermoso dormir cuando los pastores tocan la flauta?
¿Tan cansada estás? ¡Yo te llevo, deja tan sólo caer los brazos! Y si tienes sed, - yo tendría sin duda algo, ¡mas tu boca no quiere beberlo! -
- ¡Oh esta maldita, ágil, flexible serpiente y bruja escurridiza! ¿Adónde has ido? ¡Mas en la cara siento, de tu mano, dos huellas y manchas rojas!
¡Estoy en verdad cansado de ser siempre tu estúpido pastor! Tú bruja, hasta ahora he cantado yo para ti, ahora tú debes - ¡gritar para mí!
¡Al compás de mi látigo debes bailar y gritar para mí! «Acaso he olvidado el látigo? - ¡No!»

2

Entonces la vida me respondió así, y al hacerlo se tapaba los graciosos oídos:
«¡Oh Zaratustra! ¡No chasquees tan horriblemente el látigo! Tú lo sabes bien: el ruido asesina los pensamientos - y ahora precisamente me vienen pensamientos tan gráciles.
Nosotros somos, ambos, dos haraganes que no hacemos ni bien ni mal. Más allá del bien y del mal hemos encontrado nuestro islote y nuestro verde prado - ¡nosotros dos solos! ¡Ya por ello tenemos que ser amigos!
Y aunque no nos amemos a fondo -, ¿es necesario guardarse rencor si no se ama a fondo?
Y que yo soy buena contigo, y a menudo demasiado buena, eso lo sabes tú: y la razón es que estoy celosa de tu sabiduría. ¡Ay, esa loca y vieja necia de la sabiduría!
Si alguna vez se apartase de ti tu sabiduría, ¡ay!, entonces se apartaría de ti rápidamente también mi amor.» -

En este punto la vida miró pensativa detrás de sí y en torno a sí y dijo en voz baja: «¡Oh Zaratustra, tú no me eres bastante fiel!
No me amas ni mucho menos tanto como dices, yo lo sé, tú piensas que pronto vas a abandonarme.
Hay una vieja, pesada, pesada campana retumbante: ella retumba por la noche y su sonido asciende hasta tu caverna: -
- cuando a medianoche oyes dar la hora a esa campana, tú piensas en esto entre la una y las doce -
- tú piensas en esto, oh Zaratustra, yo lo sé, ¡en que pronto vas a abandonarme!»

«Sí, contesté yo titubeante, pero tú sabes también esto.» - Y le dije algo al oído, por entre los alborotados, amarillos, insensatos mechones de su cabello.
«¿Tú sabes eso, oh Zaratustra? Eso no lo sabe nadie.» - -

Y nos miramos uno a otro y contemplamos el verde prado, sobre el cual empezaba a correr el fresco atardecer, y lloramos juntos. - Entonces, sin embargo, me fue la vida más querida que lo que nunca me lo ha sido toda mi sabiduría. -

Así habló Zaratustra.

jueves, 10 de enero de 2008

Se te trabó el alfajor.

Aveces, bastante seguido, nos colgamos. Con cualquier cosa, ese no es el hecho, sino la falla del inconciente que hace que se nos trabe el alfajor, por ponerlo de alguna manera. Cuando era chica era super distraida (ahora soy un poco menos, sin dejar de ser re colgada), pero tan tan distraida que aveces en la mesa me tildaba mirando la soda, el plato, el televisor, y me hablaban y yo ni escuchaba hasta que me cagaban a pedos por colgada. También me colgaba mucho en mi cuarto... leía horas enteras, jugaba, y podía no salir en todo el día del cuarto que yo ni me enteraba... por supuesto mi hermano se aburría tanto tanto que buscaba todo el tiempo ver cual era la mejor manera de molestarme para que yo chillara como un marrano porque interrumpía mi soledad. Se escondía abajo de la cama, me gritaba narigona (vale aclarar que tengo la nariz muy pequeña, razón por la que mi hermano me decía narigona para que no me crea que era linda ni mucho menos. Solía decirme Super pancho narichurro, cara de nariz con patas. Es el día de hoy que me dice nariz, pero ahora cariñosamente, y no agresivamente. Tanto me dice nariz que una vuelta una amiga me conoció y me dijo ah yo pensé que eras narigona porque tu hermano siempre dice la narigona de mi hermana!) Bueno no era del tamaño de mi nariz sobre lo que quería hablar, para eso vean una foto mía. El tema es colgarse. Yo siempre me cuelgo por todo, en llamar a alguien, escribirle, en las cuestiones domésticas como cocinar, o encontrar el aceite en el baño y la lavandina en la heladera.. Me cuelgo con historias, gente, problemas, me trabo, me estanco, se me traba el alfajor de tanto en tanto y me mando cualquiera. Me trabo para bien y para mal. Pero todos nos trabamos. No sé qué mierda pasa pero me estoy pudriendo un poco de bancar trabaduras. Será la tolerancia la receta? dale que la mejilla del lado izquierdo me está re jodiendo ya eh!! Reaccionar tampoco funciona mucho.
No importa, no por ahora, hagamos todos terapia colectiva para sacar nuestras emociones. peguémosle a los postes, gritémonos, hagamos el amor desenfrenadamente, digamos cada cosa que nos jode del otro y por último lloremos un poco y mucho. Yo que me cuesta llorar tendré que romper tradiciones y descargar un poquito. Pero basta de peleas, sino me vuelvo al mar a leer, escribir e visitar la bodeguita del medio bien acompañada del morocho lindo y alto. Paz gente!

miércoles, 2 de enero de 2008

crisol de sensaciones


Ganas de sacarme las emociones y tirarlas por la ventana... Pegarle una patada al balde, que me respondan por qué.
No sé, será que tengo demasiado tiempo para pensar y muchas cosas en qué pensar. Que la carrera y la beca me comen el cerebro. Que cada vez me siento más lejos de los vínculos de referencia. Mis amigos de toda la vida se esfuman... carreras, peleas absurdas, trabajos, novios, distancias... y ustedes con los que me crié y los siento como hermanos se van yendo. y duele. Gente nueva que me banca el corazón, sale por todos lados, eso me hace feliz.
Igual mientras caminaba y me crucé alguien (pueblo chico infierno grande), pensaba en las emociones irracionales. Y en los celos, el más irracional de todos. No tenía mucho que ver no?, pero es extraño... son inseguridades de cada uno, de eso estoy segura, pero por qué? Nos hacen hacer y decir cosas absurdas, convertirnos en detectives privados, mandar mensajes de textos absurdos, irte con cualquiera de despecho, comernos la cabeza, actuar y sobre actuar, llorar mares de lágrimas. quizás es re buena mina o pibe, pero el odio es absolutamente irracional. y dura más de lo que dura la atracción hacia el susodicho.
y el miedo? ese es terrible. Miedo al compromiso, miedo a querer. hace tratar mal a alguien que queremos, por miedo a quererlo.
y lo más lindo de todo. Conocer a alguien. Empezar a querer hasta que duela, y observar cada detalle del otro... la sonrisa que ilumina la cara, los ojos profundos que miran con una mezcla de sensaciones, el abrazo, los besos, las palabras, la voz... el modo de actuar, de moverse, de hablar. Las cosas en comunes que sorprenden, el primer mensaje de texto, el primer llamado, el primer email. producirse para verlo, dormirme con el celular en la mano porque me mandas mensajes y leer el que nunca lei la mañana siguiente. los llamados a las 3 am. el modo en que me llaman (pecosa, niña, maxi, max, muchacha, chiquita). Las cosquillas en el estómago. No hace falta que sea la persona perfecta, no hace falta que sea hermoso, no hace falta que le gusten las cosas que vos, ni valen los estereotipos. Simplemente valen un crisol de sensaciones en la boca del estómago. y sentirme flotar. es todo lo que importa.